Hace unos años, un jefe al que admiraba mucho me dijo algo que hoy, sin darme cuenta, he repetido a un cliente:

«Siempre nos preocupamos por llenar el embudo de ventas, pero nos olvidamos de quién lo está sosteniendo».

Concluyo que…

Deberíamos tener un embudo de conversión para el talento. ¿No crees?

En ese momento, no lo entendí del todo. Pensaba que los clientes eran el centro del negocio.

Con el tiempo, me di cuenta de una verdad clave: sin las personas adecuadas, ese embudo se derrumba. Un equipo mediocre puede perder a los mejores clientes. Pero un equipo excepcional… ellos no solo retienen clientes, los crean.

Hoy, sé que el mayor cuello de botella de cualquier empresa no es la falta de clientes, sino la falta de buenos trabajadores. Fíjate que cualquier CEO se queja de lo mismo. Es paradójico, porque mientras invertimos en marketing, ventas y estrategias para atraer clientes, olvidamos que el verdadero diferenciador está en el talento que construye la experiencia que ofrecemos.

Si tienes el equipo correcto, los clientes vendrán por sí solos. Y si no lo tienes, aunque lleguen, será difícil que se queden.

Entonces, pregúntate: ¿estás poniendo esfuerzo donde realmente importa?

El talento no es algo que se encuentra por casualidad; es algo que se atrae, se cultiva y se desarrolla. ¿Tienes un embudo para capturar y retener al mejor talento de tu sector?¿Estás listo para hacerlo? Tal vez sea hora de darle a tu equipo la prioridad estratégica que realmente merece.

Y si aún no tienes claro cómo trabajar mejor con tu equipo, déjame ayudarte a sistematizarlo. Porque cuando se trata de talento, cada engranaje cuenta, y juntos podemos afinar la máquina que llevará a tu empresa al siguiente nivel. Recuerda que en la empresa, la ejecución es el 70% del éxito y eso empieza por construir un buen EQUIPO.