Hoy, mientras caminaba por Barcelona, me he cruzado con un camión de Ametller Origen, esa cadena catalana centrada en el segmento de la alimentación sana que, dicho sea de paso, lo está haciendo francamente bien. En un lateral llevaba escrito: «Pensa com menges. Menja com penses» (Piensa como comes. Come como piensas). Y, claro, he pensado: Álvaro, la energía es la que manda.

Porque, seamos sinceros: lo queremos todo y lo queremos ya. Salud de hierro, sexo espectacular, un amor para toda la vida, una familia modelo Médico de familia, un trabajo con estatus y libertad económica… y además, tiempo para amigos geniales y una vida social de película. Pero ahí está el problema: el tiempo no da para tanto. Como dice un refrán alemán que me encanta: «El cazador que dispara a dos patos acaba sin cazar ninguno.»

¿Y por qué te cuento esto? Porque quiero compartir mi solución a esta paradoja universal de prioridades que nos acosa. Yo lo resuelvo centrándome en una sola cosa: mi ENERGÍA. Por mi pasión (quizá un poco friki) por los KPIs, lo llamo la métrica energética.

Básicamente, tomo decisiones que maximizan mi bienestar personal. Así de egoísta, sí. Porque cuando yo estoy bien, me como el mundo: proyectos, amigos, clientes, familia, todo. Es como ponerte primero la mascarilla de oxígeno o el cinturón de seguridad en un avión antes de ayudar a los demás. Pero si estoy mal, es el mundo el que me come a mí. Quiérete, cuídate y recuerda: ponerte el primero y en el centro no es egoísmo, es sabiduría.

Te explico mi método: cada mañana, me pongo una nota del 1 al 10 en función de cómo me siento. Lo registro en mi app DIARIO DE UN CEO (que, dicho sea de paso, es espectacular y te recomiendo que la descargues de Android o Apple Store). Si he dormido mal, voy tarde o no he preparado bien mi día, me pongo, digamos, un 6. Cuando alguien me pregunta: «¿Qué tal?», respondo con total naturalidad y mi mejor sonrisa: «Del uno al diez, un seis… y necesito subir mi media.»

Acto seguido, le devuelvo la pregunta: «¿Y tú en qué nota estás?»

¡Te parecerá una tontería, pero funciona de coña! Los que ya me conocen saben que, si no estoy en mi mejor momento, no es el día para pasarme marrones que no me corresponden. Y si lo hacen, ya vienen con soluciones. Los que no, se sorprenden. Y como la respuesta es ingeniosa (porque lo es, debo admitirlo), me sirve para romper el hielo y hacer networking rápido. Pruébalo, en serio. Funciona.

Con el tiempo, he descubierto que para maximizar mi energía necesito hacer bien CINCO cosas básicas: comer bien, hacer ejercicio, dormir como un campeón, respirar bien como lo hacen los bebés y evitar tensiones absurdas. No hay atajos, lo siento. Cuando cuidas cuerpo y mente, se ponen al servicio de algo más grande: tu alma, tu misión, llámalo como quieras. Pero si descuidas tu energía, prepárate para ser menos productivo, menos feliz… menos todo. Así que toca afilar el hacha y estar listo para la batalla.

Lo más curioso es que esto no va solo de hacer más cosas. No. Va de tener claridad. Esa sensación de despertarte con ilusión, con la cabeza en orden, viéndolas venir, sabiendo lo que de verdad importa. Va de estar en equilibrio. De escuchar a un compañero sin mirar el reloj. De vivir sin el piloto automático, disfrutando de ir a contracorriente.

Consejo del día: Tu energía manda. Cuídala. El resto, ya vendrá.

Y tú, ¿en qué nota estás?

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Feliz día. 😉