De los tontos no se aprende nada. Hay que copiar de los listos.

Los súper CEOs no pierden el tiempo ni con tonterías ni con rodeos.

Estas son las 10 lecciones que he aprendido de alguno de mis mejores clientes … y algún que otro empleado. También.

Léelas, aplícalas y súmate al club de los que consiguen resultados:

  1. Menos reuniones, más decisiones.
    Si algo no se resuelve en 30 minutos, no se va a resolver en tres días. Entra, decide y sal. Fin de la historia.
  2. Despide a los clientes tóxicos.
    El dinero forzado, que cuesta ganar, hay que procurar sustituirlo por otro. Al cliente que solo protesta, mándale la dirección de tu competencia.
  3. El email perfecto no existe.
    Como la vida perfecta, es un cuento chino. Envía el puñetero mensaje y pasa a la siguiente tarea.
  4. Instrucciones claras, menos problemas.
    Habla para que lo entienda hasta el nuevo. Si tienes que repetirlo, el problema no es del equipo, es tuyo.
  5. Tu calendario no es tu carcelero.
    Quien no tiene huecos libres en su agenda no es productivo, es un prisionero. Sé el dueño de tu tiempo.
  6. Más calidad, menos cantidad.
    No necesitas más clientes, necesitas mejores. Los que lloriquean por el precio no son tu tribu. Cuanto antes, diles que «están nominados y punto».
  7. Hazlo hoy mejor que mañana.
    Lo perfecto es enemigo de lo hecho. Hazlo hoy, aunque salga torcido. Aplazar mata resultados.
  8. Reúnete menos, ejecuta más.
    ¡Ni que fueras Amancio Ortega de INDITEX o Roig de Mercadona! En una pyme no hacen falta reuniones. Si estás en todas, alguien no está haciendo su trabajo. Y puede que ese alguien seas tú.
  9. Aprende a decir “no”.
    Cada «no» a lo irrelevante es un «sí» a lo importante. Decirlo no es de mala educación, es estrategia.
  10. Simplifica y automatiza.
    Un sistema complicado es un caos esperando a estallar. Si nadie lo entiende, no es un proceso, es un problema.

Y deja de complicarte la vida.»

El éxito no es hacer más, es hacer solo lo importante.

Los Súper CEOs no son más listos; simplemente saben priorizar y ejecutan sin dar tantas vueltas a las cosas. Así que deja de buscar excusas, aplica estas 10 lecciones y empieza a simplificar.

Porque si no simplificas, estás complicando. Y complicar es la forma más rápida de fracasar.

¿Vas a ser de los que actúan o de los que se quedan mirando?

La pelota está en tu tejado. 🚀