En la película Patton, hay una escena magistral que me encanta.
Resume perfectamente la esencia de la auténtica comunicaciónMis reglas básicas son: Comunicar de forma clara. No lleves malas intenciones ni pretendas hacer daño. Hazlo de la manera más sencilla. Sin palabras complejas ni rebuscadas. Ves cambiando el tono de voz para que sea más ameno. Piensa siempre con el corazón, en servir. Tienes dos minutos: Explícalo, demuestra antes que tu sabes hacerlo, luego acompaña a tu alumno... Más, esa que va más allá de las palabras, que nos conecta con quien tenemos delante.
El general Patton, después de vencer a los alemanes en la Segunda Guerra Mundial, se reúne con su homólogo ruso para celebrarlo.
Entre risas, música y baile de fondo, a través del intérprete, el ruso propone un brindis. Patton, con su habitual estilo a lo «Harry el sucio» y sin filtro, le dice al intérprete:
«Dígale que le felicito, pero que yo no bebo con un hijo de perra ruso.»
El intérprete se caga en los pantalones, incapaz de transmitir el mensaje, y le contesta que él no puede trasladar ese mensaje.
Patton insiste. Finalmente, el mensaje llega y el general ruso, sin pestañear, responde:
«Pues dígale que yo tampoco bebo con un hijo de perra capitalista.»
Y ahí viene la magia. En lugar de enfadarse o tensar la situación, Patton se ríe a carcajadas, levanta su copa y responde:
«¡Pues entonces sí que brindaré! De un hijo de perra a otro.»
La lección
¿Cuántas veces hablamos sin que se nos entienda?
Creemos que comunicar es decir lo primero que se nos ocurre, pero es mucho más.
Es mirar al otro a los ojos, es entender su mundo, es encontrar el puente que une nuestras diferencias.
Habla claro.
Habla con intención.
Hzlo de forma sincera.
Comunicar no es solo hablar.
Usa el humor cuando quieras conectar con la gente.