Soy Álvaro Navarrete, el ahorro adicto. ¡Hola de nuevo, apasionados de los grados perfectos! Si te preguntas cómo disfrutar de una casa calentita en invierno y fresca en verano sin que tu factura energética te dé un infarto, te tengo la respuesta. ¡Agárrate que vienen curvas!

Invierno y la caldera: Si quieres que tu casa no se convierta en una sauna nórdica, lo ideal es mantener la caldera entre 19°C y 21°C durante el día. ¡Exacto! No necesitas simular las Bahamas en tu salón. Y para las noches, 17°C o 18°C te garantizan sueños cálidos y agradables. Y recuerda, si sientes frío, ¡siempre puedes recurrir a esas zapatillas peludas que te regaló tu primo en Navidad!

Verano y el aire acondicionado: Todos amamos el refrescante zumbido del aire acondicionado en pleno julio. Pero, ¿qué te parecería no transformar tu hogar en la Antártida? Mantener el aire acondicionado entre 24°C y 25°C es el punto óptimo. Aún te sentirás fresco, tus visitas no necesitarán una bufanda y, lo más importante, tu factura no se disparará.

Y aquí viene el dato de oro: Por cada grado que incrementas en verano o reduces en invierno, ¡tu factura puede subir un 8%! Así que, la próxima vez que pienses en bajar ese termostato un poquito más, ¡piensa en ese 8%! ¡Como lo oyes, un 8%!

En resumen, no es necesario ir en bañador en pleno enero ni en jersey en agosto dentro de casa. Usa la energía con cabeza, y tanto tu bolsillo como el planeta te lo agradecerán.

Y ya sabes, si te cuidas y cuidas de tu entorno, ¡los beneficios son múltiples! ¡Hasta la próxima y no olvides que ahorrar es más que un juego, es un estilo de vida! 😄🌍🌡️