¿Alguna vez has pensado en el poder de un manifiesto?

No, no me refiero a un rollo político, sino a algo que puede hacerte ganar más dinero y que trabajes menos, ya puestos… Y no es coña.

Corrían los años 2000, y yo estaba currando 16 horas al día como Director Comercial para una empresa logística inglesa, unos cracs en el outsourcing logístico y yo en estado de pura energía. «Zapatero a tus zapatos», eso lo aprendí de ellos.

Trabajaba con un gran cliente: Procter and Gamble (P&G), los dueños de marcas globales como Pantene, Ariel, Tampax, Pumpers, Oral-B y Gillette.

La primera vez que entré en sus oficinas, me topé con unos carteles tipo Credo con su Misión, Valores y Principios. Pensé: «Vaya chorradas americanas». Pero, ¡sorpresa!, esa movida estaba enraizada en su cultura empresarial. Y ahí caí en algo importante:

con un manifiesto, alinear al equipo es mucho más fácil. Pero mucho. ¡Ni te lo imaginas!

Es como intentar hablar con un cristiano de qué quiere decir ser cristiano sin tener delante los Diez Mandamientos. Estamos, ¿verdad?

Y aquí viene lo bueno de la historia. Sigo.

Tenía un compañero de trabajo, Doug James, el Harry Potter de la ingeniería de almacenes y camiones. Antes debo decirte que uno de los valores en Procter era mejorar la eficacia (puedes hacer clic y verlos), así que les lancé la idea de un sistema de carga y descarga que fuera la repera. Se me ocurrió proponerles automatizar el sistema mediante carriles que mejoraría la productividad liberando cuellos de botella infinitos. Me apoyé en su principio y, ¡bam!, contrato en el bolsillo. Pasamos de descargar un tráiler en 30 minutos a hacerlo en 30 segundos. La productividad se disparó por 1000 y yo gané más dinero, … no tiempo. Era más joven. Ya sabes.

La moraleja de todo esto es clara: tener un manifiesto y compartirlo con el mundo no solo te ayuda a vender más y a ser más eficiente

te convierte en una mejor persona, un mejor profesional. Crecerás. Y cuando creces, ganas más pasta.

Ahora es cuando toca la reflexión. Y yo me pregunto, ¿por qué nos cuesta tanto a las Pymes tener un manifiesto si es tan evidente? No sé. Quizás es que solo piensan los grandes, los del IBEX 35… Pero tu, como CEO,  ¿qué crees?

Pues para eso estoy yo aquí. Para ayudarte a ganar más tiempo y dinero.

Para convertir tu Pyme en SuperPyme.

Así que ya sabes, si quieres hacerla grande – como dice Gary Vaynerchuck-, define tu manifiesto y ponlo a jugar a tu favor. ¡Verás cómo cambia el juego!

Feliz día.

NOTA: Ah, por cierto, aquí tienes el mío bien mono gracias al trabajo del equipo de 4ADDICTIC y de Enclavegrafica. Gracias Carlos y Rubén. Love ya!