La técnica de los 6 sombreros de pensar, desarrollada por Edward de Bono, es un enfoque de pensamiento lateral que ayuda a las personas y equipos a abordar problemas desde diferentes perspectivas. Cada «sombrero» representa un estilo de pensamiento distinto, lo que permite una discusión más completa y equilibrada.

Componentes de los 6 sombreros

1. Sombrero blanco: Se centra en la información y los hechos. Se analizan los datos disponibles y se identifica lo que se sabe y lo que falta.
2. Sombrero rojo: Representa las emociones y sentimientos. Permite expresar intuiciones y emociones sobre el tema sin necesidad de justificarlas.
3. Sombrero negro: Se enfoca en el pensamiento crítico y las desventajas. Ayuda a identificar problemas y riesgos potenciales asociados con una idea.
4. Sombrero amarillo: Representa el optimismo y las ventajas. Se centra en los beneficios y aspectos positivos de una idea o solución.
5. Sombrero verde: Simboliza la creatividad y la innovación. Se utilizan para generar nuevas ideas y alternativas sin restricciones.
6. Sombrero azul: Se ocupa de la organización del pensamiento. Ayuda a gestionar el proceso de pensamiento y a establecer objetivos claros.

Ejemplo

Imagina que estás trabajando en el lanzamiento de un nuevo producto:

1. Sombrero blanco: Reúnes datos sobre el mercado y las tendencias actuales.
2. Sombrero rojo: Los miembros del equipo expresan sus emociones sobre el producto y cómo creen que será recibido por los clientes.
3. Sombrero negro: Se discuten las posibles desventajas y obstáculos que podrían surgir durante el lanzamiento.
4. Sombrero amarillo: Se destacan los beneficios del producto y cómo resolverá problemas de los clientes.
5. Sombrero verde: Se generan ideas creativas sobre cómo promocionar el producto y atraer a más clientes.
6. Sombrero azul: Se organiza la reunión, se definen los próximos pasos y se asignan tareas específicas.

En resumen

La técnica de los 6 sombreros de pensar es una herramienta útil para fomentar un pensamiento más estructurado y creativo. Al abordar un problema desde diferentes perspectivas, puedes tomar decisiones más informadas y desarrollar soluciones más completas, mejorando la colaboración y la comunicación en tu equipo.