Quien hace el trabajo de los demás es o bien porque  no tiene claro cuál es el suyo (tiene un mal jefe) o porque no tiene trabajo alguno y tiende a ocupar su tiempo, como los gases, perdiéndolo o tocando los huevos a los demás, haciendo lo que no toca.

¿A qué fastidia que hagan tu trabajo? ¿A quién le gusta que le suplanten para hacer aquello por lo que se le paga y para lo que se ha preparado a conciencia? Además, ¿no lo contratamos para hacerlo? Es uno de los deportes nacionales de los jefes o dueños mediocres.

Por muy fuerte que sea la tentación que tengas a la hora de hacer el trabajo de tu personal, a menos que se queme el mundo, no lo hagas. Se que eso es difícil cuando eres el dueño de la empresa o el mejor técnico del mundo. No caigas nunca, nunca, nunca en la tentación de hacer el trabajo de otro porque tú lo harás mejor y más rápido. Te recuerdo que eres el Director de la orquesta y no el músico (con todos los respetos):¡Tú a lo tuyo!

Mi truco  sencillo de hoy consiste en implementar estos sencillos ocho pasos…

  1. Ten el mejor organigrama posible. Piensa qué quieres conseguir los próximos tres años y diseña los procesos y jerarquías que lo soporten.
  2. Luego describe los puestos de trabajo y los perfiles de persona que mejor se adapten. Una lectura sosegada con cada persona explicándolo cuál es su trabajo y lo que se espera de él es uno de los ejercicios más sanos que existe en la empresa. No la cagues contratando al primero que llegue o a tu sobrino, ¿vale?
  3. Implementa la dirección por objetivos (DPO). Ya no va de controlar y medir el resultado de cada persona sino del proceso en sí. Buscamos p.e. cómo conseguir dar el mejro servicio al cliente de nuestro mercado y no tanto si la telefonista Mari Carmen responde las llamadas antes de tres segundos… ¿Me sigues? Estrújate la mollera pensando en buenas métricas para que el equipo esté hiper enchufado a los objetivos bñasicos del negocio.
  4. Delega la tarea, la actividad, el proyecto pero jamás, jamás, jamás, el control. El control  un coñazo. Ya lo sé, pero es lo que hay. ¿No querías ser empresario? Pues forma parte del pack. Algo así como el comer verdura si quieres tener buen tipo.
  5. Delega. Enseña y ayuda. Lidera con preguntas. Haz paseos Gemba (sobre el terreno). Olvídate de las P_ T_ _S reuniones que no sirven para nada. El liderazgo siempre se ha fundamentado en hacer que los demás crezcan y no en ocuparse de su trabajo.
  6. Comunica y premia los logros. Monta una pizarra SCRUM bien grande y guai en un lugra visible para que todo el mundo sepa como vamos. Premia los logros.
  7. Rechaza todo aquello que no sea tuyo Haz esto: Reenvía los correos que recibas aclarando quien es la persona encargada. Si alguien te llama por teléfono piendo ayuda en relación con un tema que debería hacer otro, por favor, dirígelo a él. Rechaza lo que no sea tema tuyo. Si persiste, ten una charla incómoda y reconduce. Recuerda que para tener éxito en la empresa, hay que tener un mínimo de veinte al día, jejeje (lo dice Tim Ferris en su libro La semana laboral de 4 horas). Si persiste, o lo reubicas o lo despides.
  8. Diviértete trabajando. Ah, … el último es el mejor. No acabes nunca tu día sin dar un toque de simpatía o humor también en tu tabajo. Los empelados contentos son un 25% más productivos y mucho, mucho más fieles. Si lo haces, verás que los números salen más fácil y retienes y atrees a tu pyme el mejor talento.

Feliz viernes y happy Halloween o días de Todos los Santos.

 

Me llamo Álvaro Navarrete de SuperPyme.es. Convierto Pymes en Superpymes. ¿Me dejas?