El principio de Dilbert: un auténtico repaso a jefes, reuniones inútiles, manías de gerente y demás achaques laborales
Scott Adams

El principio de Dilbert establece que las empresas tienden a promocionar sistemáticamente a sus empleados más incompetentes hasta situarlos en los puestos de máxima responsabilidad.

¿La razón?

Evitar que las consecuencias de su incompetencia sean aún mayores. Ascendiendo a los más incompetentes a los cargos directivos las empresas se aseguran que estas personas no desarrollen tareas efectivas que puedan provocar daños reales en sus estructuras.