La pasión está sobrevalorada. Es una tontería. Ser constante es más rentable económica y emocionalmente. Lo siento pero hoy toca ir a contracorriente.

¿La pasión es realmente la clave del éxito en el mundo de la empresa, o podría haber otro enfoque mejor a largo plazo?

¿Te has preguntado alguna vez si ser apasionado en el trabajo es garantía de éxito, o si la constancia podría ser una alternativa más rentable?

¿Has observado a las personas que admiras? ¿Has notado si su éxito se debe a su constancia, a su pasión, o a una combinación de ambas?

Mi hipótesis es que la pasión está sobrevalorada. Es una afirmación un tanto audaz y contraria a la creencia popular, pero permíteme explicarte por qué ser constante es más rentable, tanto económicamente como emocionalmente. Hoy, voy a desafiar los estereotipos de lo que piensa la mayoría.

Cuando hablamos de pasión, nos referimos a una intensidad en el momento, una emoción intensa que, afirmo, nubla nuestro juicio. Por otro lado, la constancia nos ofrece un ritmo más cómodo y sostenible, algo que es básico en los negocios. La empresa es más como una maratón o un Ironman que una carrera de velocidad de 100 metros.

Permíteme compartir una lección que aprendí en uno de mis primeros trabajos en un banco de pequeño tamaño. Trabajaba en la sección de préstamos y riesgos. Mi jefa siempre me advertía: «Álvaro, nunca prestes dinero a un cliente apasionado. Alguien apasionado que se mueve por impulsos no piensa racionalmente. Siempre impone su ego a la realidad. No es de fiar. Pringaremos». Con el tiempo, me di cuenta de que los datos respaldaban esa idea. Aprendí que el mejor cliente para otorgar un préstamo es aquel que viene con una hoja de Excel bien estructurada y sin exceso de pasión. Una persona enamorada de su idea comete más errores.

La emoción y la pasión desmedida pueden nublar nuestro juicio y nos hacen cometer más errores. No estoy diciendo que la constancia sea infalible o que te garantice el éxito si estás en la dirección equivocada. Sin embargo, es más difícil pasarse de frenada cuando vas a 120 km/h. que cuando vas a 180 km/h. Mi lección de hoy: si quieres tomar buenas decisiones, aléjate de tus emociones.

¿Recuerdas ese consejo de los expertos que recomiendan no decidir casarse estando enamorados porque el amor lo nubla todo? Lo mismo ocurre en el mundo empresarial. ¡Cuántos malos socios se han escogido al estar enamorados de la idea de negocio! No permitas que el calor del momento nuble tu visión y te haga tomar decisiones equivocadas. Cuando nos dejamos llevar por las emociones, la razón se va a la mierda y la cagamos más que un borracho en una carrera de obstáculos. Confieso que a mi también me ha pasado, y más de una vez.

Nuestras creencias se entrelazan con nuestras emociones y nos impiden ver la verdad, incluso cuando la evidencia está frente a nosotros. Si queremos tomar buenas decisiones, debemos dejar fuera del juego a la pasión. En mi experiencia, sostengo que cuando somos apasionados, tendemos a tomar demasiados riesgos y fijar objetivos poco realistas. Sin duda que este también, ha sido uno de mis cagadas como empresario, pero algo que he ido puliendo con el tiempo. Además, otra cosa. ¿Te has fijado que aquellos que presumen de su éxito basado únicamente en la pasión a menudo carecen de humildad? Lo saben todo. ¡Eso realmente me pone de los nervios!

Moraleja: ¿Quieres decidir mejor? Antes, aleja tus emociones.

Cuando escucho a empresarios afirmar que su éxito se debe únicamente a su pasión, lo que realmente quieren decir es que se debe a una combinación de trabajo duro, oportunidades, energía inagotable e inteligencia, valentía y disposición para asumir riesgos. Todo eso, como en las relaciones de pareja duraderas, tiene más que ver con la constancia que con la pasión.

Entonces, ¿en qué quedamos, Álvaro? ¿La pasión nos vuelve irracionales o es la clave del éxito? Yo sostengo que cuando somos apasionados, existe una mayor propensión a tomar riesgos y a fijar objetivos poco realistas. Sin embargo, al escuchar a empresarios presumir de su éxito basado únicamente en la pasión, a menudo me hace pensar que lo que realmente están diciendo es que se debe a una combinación de trabajo duro, oportunidades, energía a raudales, inteligencia, valentía y, por supuesto, un poco de suerte. Fíjate. Ya verás.

¡Es más fácil encontrar a una aguja en un pajar que encontrar a alguien exitoso que solo se deba a la pasión! Así que, la próxima vez que sientas que tu corazón se acelera por una idea, una persona o un proyecto, tómate un momento para respirar profundamente, saca tu cartera y evalúa la situación desde una perspectiva más tranquila y equilibrada. Haz el ROI y recuerda que el éxito a largo plazo no se trata de hacer un sprint en el kilómetro 24, sino de mantener el ritmo alegre y constante para conseguir llegar a la meta. Eso si, en la buena dirección.

Gracias por leerme😉