El campesino y el manzano dorado

Había una vez un campesino que vivía en una pequeña aldea. En su campo crecía un manzano dorado que, aunque viejo, seguía dando las manzanas más dulces y sabrosas de toda la región. Sin embargo, con el tiempo, el campesino se obsesionó con la idea de hacer que todo su campo fuese productivo y decidió plantar nuevos cultivos alrededor del manzano, invirtiendo gran parte de su tiempo y recursos en ellos.

El campesino pasaba días enteros cuidando de las nuevas variedades, regándolas y protegiéndolas de plagas. Pero, a medida que dedicaba más tiempo a lo nuevo, empezó a descuidar el Manzano Dorado de toda la vida. El árbol, que antes recibía su atención y cuidado, comenzó a marchitarse y a dar menos frutos.

Al final de la temporada, los nuevos cultivos no habían producido tanto como el campesino esperaba, y el Manzano Dorado, que había sido su fuente principal de sustento, apenas dio unas pocas manzanas.

El campesino se dio cuenta de que, en su afán por ampliar y diversificar su campo, había olvidado cuidar lo que realmente era importante: el árbol que siempre había sido la base de su sustento.

Moraleja:

En la empresa, es super fácil distraerse con nuevas ideas y proyectos, pero es fundamental no perder de vista lo que realmente importa. Saber gestionar el crecimiento y hacer una buena transición es clave. Priorizar y cuidar lo que ya funciona bien es clave para mantener la estabilidad y el crecimiento a largo plazo. No descuides tus pilares, lo que ya te funciona, por perseguir cosas nuevas que pueden no dar los resultados que esperas.

Si quieres enfocarte en lo que realmente importa y ver crecer tu empresa, contacta conmigo y te ayudaré a que consigas las «buenas manzanas». Soy Álvaro Navarrete y convierto PyMEs en SuperPyMEs.

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