¿Quieres arruinar tu empresa? Simplemente no decidas nada

El asno de Buridán es el primer enigma filosófico que recuerdo haber leído. La historia cuenta cómo un asno, al encontrarse entre dos montones de heno idénticos y a la misma distancia, no puede decidir cuál comer primero. Se queda tan atrapado en su indecisión que, al final, muere de hambre sin haberse decidido por ninguno.

Para mí, esta historia es una lección buenísima sobre los peligros de no decidir, especialmente en el mundo de los negocios. He visto cómo, en muchas empresas, hay directores generales tecnócratas con grandes títulos, MBAs, pero sin ese liderazgo e instinto de empresario que te empuja a tomar riesgos. Tenemos pánico al error. Nadie quiere ser el primero en dar el primer paso, empezando por el propio Consejo de Administración. Pero, al final, no hacer nada es lo peor que puedes hacer.

Cuando tomo una decisión, me pongo en marcha, y lo mejor es que, si me equivoco y meto la pata, siempre puedo corregir el rumbo. Para mí, lo más importante de decidir es que, una vez que estás en movimiento, empiezas a ver las cosas con más claridad. Ves las cosas de otra manera y puedes ajustar tu camino. Es como llegar a la cima de una montaña y decidir por dónde te apetece más bajar.

Así que no te quedes quieto, ¡decide, muévete, diviértete y disfruta del viaje!

 

 

Recibe gratis 1 truco a la semana. Más de 17.000 CEOs ya lo hacen.
* indica que es obligatorio

* Utilizamos Mailchimp como plataforma de marketing. Al hacer clic a continuación para suscribirte, aceptas que tu información se transferirá a Mailchimp para su procesamiento. Más información sobre las prácticas de privacidad de Mailchimp. Puedes cancelar la suscripción en cualquier momento haciendo clic en el enlace que aparece en el pie de página de nuestros correos electrónicos. Para obtener información sobre nuestras prácticas de privacidad, visita nuestro sitio web.

Ir al contenido