Hay un truco que me ha salvado cientos de horas

Si repites una instrucción más de dos veces, crea un procedimiento.
O cómprate un lorito y ponle un megáfono. Así de claro se lo explico a mis clientes cuando me cuentan su frustración.

De hecho, hace poco, en una fábrica de Tarragona, viví esta escena:

Pedro, el jefe de producción, explicándole por cuarta vez en dos semanas a un operario cómo registrar un pedido.

Cuatro veces.
Mismo problema.
Mismo cabreo.
Mismo caos.

La mayoría de pymes no tiene un problema de ventas. Tiene un problema de repetición. De incumplimiento. De falta de rutinas.

Cada vez que explicas lo mismo una y otra vez, pierdes dinero.

Pierdes foco.
Pierdes energía.
Te sube la tensión.

¿Y sabes qué es peor? Que el equipo también lo nota. Y el negocio se vuelve caótico, imprevisible, agotador.

¿Cómo se domina un negocio?

No gritando cada vez más fuerte.
No trabajando más horas.
No vigilando a todo el mundo (para eso ya está Gran Hermano).

Y yo digo que repetir no es gestionar. Es perder dinero y que encima te toreen… Se domina creando sistemas que pongan orden y piensen por ti cuando tú no estás.

Mi mantra: Mejor que ganar dinero es hacerlo sistemáticamente.

¿Tú también estás harto de repetir órdenes como un loro?

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