En muchas de las empresas que visito veo que los sistemas de control de gestión terminan esclavizando más que ayudando a la dirección. Un ejemplo claro es el de una empresa que, a pesar de medir y pagar generosos bonus basados en ciertos KPIs, no consigue alcanzar su plan. El problema es siempre el mismo:

¡Sus objetivos y sistemas de retribución no estaban alineados con la estrategia!

Aprender a establecer objetivos, retribuirlos adecuadamente y hacer un buen seguimiento es un arte que no se domina en un par de tardes.

¿Alguna vez te has preguntado cuál es el verdadero propósito de los indicadores en tu empresa?

Los medidores o KPIs (Key Performance Indicators) son como la brújula de un negocio. Nos dicen hacia dónde vamos y qué tan rápido avanzamos. Pero hay que tener cuidado, porque estas métricas son solo herramientas, no destinos en sí mismos. Los KPIs están para servirte, no para dominarte. Cuando una medida se convierte en un objetivo, deja de ser una buena medida. Me explicaré mejor con algunos ejemplos:

  1. En la Educación: Cuando las escuelas se centran solo en las notas de los exámenes, descuidan temas esenciales como el pensamiento crítico o la creatividad.
  2. En la Salud Pública: Si un hospital prioriza reducir los tiempos de espera, probablemente compromete la calidad de la atención médica.
  3. En las Ventas: Si solo se premian las cifras de ventas, se suele descuidar el margen e ignorar la relación a largo plazo con el cliente.
  4. En el plazo de entrega: Si bajamos mucho el nievl de stock, perjudicamos el plazo de entrega al cliente.

Cómo Mantener los Medidores en su sitio para que sean herramientas, no Fines

  1. Utiliza varios Indicadores: No dependas de un único medidor. La diversificación de KPI’s ayuda a mantener una perspectiva equilibrada y evita concentrarse en una sola métrica.
  2. Fomenta la transparencia: Crea un ambiente donde la manipulación de métricas sea penalizada y donde se premie la integridad del buen dato.
  3. Considera las Implicaciones a Largo Plazo: Evalúa regularmente si los KPIs siguen alineados con tus objetivos a largo plazo.
  4. Recuerda la Misión de la Empresa: Los KPIs deben alinearse con los valores y objetivos globales de la organización, no solo con metas numéricas a corto plazo.
  5. Evita los Tecnócratas Obsesionados con Gráficos y Excels: Los responsables de los KPIs deben entender que su rol no es solo crear informes, sino facilitar un entendimiento claro de los datos para la toma de decisiones.
  6. Diseña Sistemas de Retribución Variable Cuidadosamente: Asegúrate de que los sistemas de retribución estén bien alineados con los objetivos a largo plazo de la empresa.

No olvides que los KPIs son tu brújula, no tu destino. Están para ayudar, para servir pero nunca para esclavizar.

Para acabar te dejo un par vde preguntas para que te las plantees hoy en «tú rincón personal de pensar»:

  • ¿Estos números me dicen algo real sobre mi empresa?

  • ¿Me ayudan a llegar a donde quiero o solo me marean?

Al final, los KPIs son solo eso, números. Tú eres el que toma las decisiones. Que no se te olvide.