“No sueñes. Ahorra”. Ese era el eslogan de una hucha que me regalaron mis padres cuando yo tenía seis años. Por aquel entonces no me explicaron que la calve está en saber invertir bien.

Un ingreso pasivo es una fuente de ingresos que no requiere una dedicación continua de tu tiempo. Una vez establecido, el ingreso pasivo puede generar ingresos sin la necesidad de seguir trabajando activamente en él. 

Te resumo diez de ellas, las que me vienen a la mente:

  1. Intereses de cuentas de ahorro o inversiones a corto plazo.
  2. Pagos por dividendos de acciones.
  3. Alquiler de propiedades (puede ser una habitación, un espacio de almacenamiento, etc.).
  4. Inversiones en fondos de inversión indexados.
  5. Ingresos por la venta de productos Online, por ejemplo, libros electrónicos o música, guías o tutoriales.
  6. Aplicaciones o sitios web que generan ingresos publicitarios.
  7. Participación en el negocio en línea (por ejemplo, programas de afiliados o comercio electrónico).
  8. Inversiones inmobiliarias a largo plazo (por ejemplo, un parking, un local, un apartamento o un terreno.
  9. Certificados de depósito a largo plazo.
  10. Inversiones en negocios o proyectos a largo plazo (por ejemplo, franquicias o negocios en línea).

 

La idea detrás de los ingresos pasivos es que el dinero trabaje para ti en lugar de que tú trabajes para el dinero.

Cuando entiendes esto, empiezas a entender cómo piensan los ricos.

Para invertir debes ser capaz de ahorra mínimamente o bien ser un crack y levantar fondos de los inversores.