En mi caso, es con diferencia, el hábito que más tiempo me ha costado pero también de mis preferidos.

Al concentrarse en el momento presente y calmar la mente, reducirás tu ansiedad, ganarás en fuerza de voluntad y capacidad de concentrarte.

Tus ideas serán más precisas.

Tendrás un mejor control de ti mismo y mayor sensación de calma y bienestar.

Mayor fuerza de voluntad.

Mayor equilibrio.

 

Para meditar de forma sencilla y práctica, puedes seguir estos pasos:

  1. Encuentra un lugar tranquilo donde puedas sentarte cómodamente y sin ser interrumpido.
  2. Cierra los ojos y respira profundamente varias veces.
  3. Centra tu atención en tu respiración y siente cómo entra y sale el aire de tus pulmones.
  4. Cuenta las respiraciones del 1 al 10. Si te distraes, no te preocupes. Simplemente vuelve tu atención a tu respiración. Puedes contra con los dedos por cada respiración que hagas.
  5. Continúa concentrándote en tu respiración durante 5-10 minutos.
  6. A mayor desorden mental, más tiempo de meditación.

 

Recuerda que la meditación requiere práctica y paciencia, así que no te desanimes si te resulta difícil concentrarte al principio. Con la práctica mejorarás. Si ves que no es lo tuyo, prueba con el boxeo o la escalada. No a todo el mundo les va bien eso de hacer “Ommmm”.