Llevo tres semanas de cabeza con mis clientes cerrando presupuestos de 2023 y construyendo los de este año. Seguro que sabes a que me refiero. Pero,

¿vale la pena dirigir con presupuesto o es mejor ir por libre, en base cero, sobre la marcha?

Te doy mi opinión.

Gestionar una empresa con un presupuesto o sin él tiene sus propios pros y contras, y la decisión depende en gran medida del tipo y CULTURA de la empresa:

PROS: Es le mejor «guia burros» cuando no se tiene experiencia o se avanza con gran incertidumbre. Que equivocarte te salga más barato.

  1. Planificación y Control: Un presupuesto te permite planificar y controlar tus finanzas de manera estructurada. Puedes anticipar los ingresos y gastos, lo que facilita la toma de decisiones informadas.
  2. Rendimiento Medible: Al comparar los resultados reales con el presupuesto, puedes evaluar el rendimiento de tu empresa y detectar desviaciones temprano. Esto te permite tomar medidas correctivas a tiempo.
  3. Toma de Decisiones Informada: Un presupuesto sólido te proporciona información valiosa para tomar decisiones financieras estratégicas, como invertir en el crecimiento o reducir gastos no esenciales.
  4. Control de Gastos: Ayuda a controlar los gastos y garantizar que la empresa se mantenga dentro de sus recursos disponibles.
  5. Asignación de Recursos: Te permite asignar recursos de manera eficiente a proyectos y áreas que generan un alto retorno de inversión.

 

CONTRAS: Limita la creatividad y hace que el camino sea  más aburrido. De vez en cuando, a nadie le amarga un dulce. ¡Bienvenido a la «barra libre»!

  1. Rigidez: Un presupuesto puede ser rígido y limitar la capacidad de adaptación de la empresa a cambios inesperados en el mercado o en la economía.
  2. Enfoque en los Números: Puede llevar a un enfoque excesivo en los números y descuidar la innovación y la creatividad en la toma de decisiones.
  3. Complejidad: La elaboración y gestión de un presupuesto puede ser compleja y llevar tiempo, especialmente en empresas pequeñas sin recursos financieros dedicados.
  4. Falta de Flexibilidad: Un presupuesto demasiado estricto puede desalentar la exploración de nuevas oportunidades o la inversión en áreas de crecimiento potencial.
  5. Expectativas Irrealistas: Si no se elabora con cuidado, un presupuesto puede basarse en expectativas poco realistas, lo que puede llevar a decepciones cuando los resultados reales no cumplen con las proyecciones.

En resumen, la gestión con un presupuesto sin duda va bien para establecer metas, controlar gastos y tomar decisiones de forma objetiva, pero también puede ser restrictiva y limitar la creatividad y el crecimiento del negocio. La clave está en encontrar un equilibrio que funcione para tu empresa y ajustar el enfoque presupuestario a tus necesidades específicas y objetivos a largo plazo. Ese es tu trabajo y si tienes dudas, yo puedo ayudarte:)