«Hace unos días, un cliente entró en mi tienda con un traje. No era uno de los trajes de mi colección. El cliente me dijo que la chaqueta le quedaba grande. Yo le señalé que el problema eran los hombros, pero él insistió en que eran las mangas. Comenzó el típico tira y afloja. Al final, el cliente, visiblemente molesto, afirmó que ‘quien paga manda’ y que quería que le cortara las mangas. ¿Y qué hice yo? Le dije: ‘Sí, señor’, y le corté los hombros. Al día siguiente, volvió a probarse el traje ya arreglado. ‘Está perfecto’, dijo. ¡Era exactamente lo que había pedido!» (1)

El cliente nunca tiene la razón… Y no la tiene por una razón sencilla y obvia que, si piensas un poco desde la perspectiva del cliente, a todos nos pasa: PORQUE NO SABE LO QUE QUIERE.

¿Crees que te llama para que le expliques tu vida y le saques su dinero? Te llama para que le resuelvas un problema. Para que lideres la ejecución que él no es capaz de liderar. Escucha atento sus dudas y verás que siempre, siempre, siempre busca seguridad y liderazgo.

No lo olvides. El cliente nunca tiene la razón. Quizás tenga su punto de vista, pero no te paga para que se la des.

La razón y el dinero están en manos de aquellos que saben escuchar bien el problema y tienen la experiencia y las herramientas para resolverlo. Si quieres vender más, escucha pero no cedas por completo. Siempre lidera la conversación. CREA ESE SISTEMA y

recuerda que solo hay una cosa mejor que ganar dinero y hacer crecer tu empresa,

… saber HACERLO SISTEMÁTICAMENTE.

¡Crea sistemas!

¡Feliz día!

PD (1): El texto en cursiva está inspirado en la película de Netflix, «The Taylor».