A partir de los años sesenta se empezó a hablar de la competitividad. Hasta entonces se entendía que la rentabilidad de una empresa se conseguía solo por dos vías: 1) subiendo los precios y 2) reduciendo los gastos, pero fue en los setenta, año de Dancing Queen de ABBA y de Stayin Alive de los Bee Gees, cuando descubrimos que ese modelo no era puro; que existían otras palancas.

Descubrimos que en muchos sectores de la economía, muchos compradores daban menos importancia al precio de los productos que a la velocidad en la que se les servía, o lo que es lo mismo, al tiempo de respuesta o TIME TO MARKET. 

Descubrimos también que, incluso subiendo los precios, podíamos vender más, siempre y cuando el servicio que diéramos al cliente (plazo, post venta, atención al cliente, pago y financiación, …), fuese mejor que el de nuestros competidores.

Descubrimos la magia del marketing moderno. En cuanto al otro sistema clásico para maximizar el beneficio, el de la reducción de costes, las empresas aprendieron que no se trataba de hacer trabajar más al empleado sino de organizar mejor el trabajo. Bajar el precio de los materiales tampoco resultó ser la panacea, porque descubrimos que el cliente valoraba la calidad del producto y estaba dispuesto a pagar algo más a cambio de un mejor producto.

O sea que la competitividad se infiltró en el ADN de la cultura de la empresa con esos tres conceptos tan importantes:

TIEMPO DE RESPUESTA.

Organización del Trabajo y

CALIDAD.

 

Para que me entendáis mejor, en los setenta pasamos de un estilo de gestión «chapado a la antigua» y empezamos a afiliar el hacha del marketing moderno, tal y como lo entendemos hoy en día:

 

VALOR para el cliente, igual a más pasta para el accionista.

 

Todo esto venía a cuenta de la importancia que tiene para la empresa el dominio de los tiempos de proceso.

El tiempo es el principal activo del ser humano. Jamás se recupera.

 

Y cada vez será peor en el sentido de que ese sentimiento de escasez permanente y ansiedad en la que vivimos, rollo TikTok, hace que paguemos más por tener las cosas antes.

En una sociedad dominada por la tecnología, la inmediatez es la clave a la hora de decidir. Quien domina el tiempo de respuesta es quien se lleva la ventaja. Piénsalo y, ¡actúa ya!

 

Para acabar, te dejo cinco de mis métricas preferidas para que hoy, cuando vayas al rincón de pensar, hagas una foto y pienses en cómo vas a mejorar. Si quieres ir más rápido, yo te ayudo. Es lo mío. Lo veo todos los días. Puedes escribirme a hola@alvaronavarrete.com.

1. Lanzamiento de nuevos productos: Este indicador mide el tiempo promedio que tarda la empresa en desarrollar y lanzar un nuevo producto al mercado, desde la conceptualización hasta su disponibilidad para los consumidores.

    • Fórmula: Tiempo total de desarrollo / Número de productos lanzados.

 

2. Plazo de entrega al cliente: Calcula el tiempo promedio que tarda la empresa en entregar un producto o servicio al cliente desde el momento en que se realiza el pedido hasta que se completa la entrega.

    • Fórmula: Tiempo total de entrega / Número de entregas realizadas.

 

3. Tiempo de respuesta a solicitudes de clientes: Este indicador mide el tiempo promedio que la empresa tarda en responder a las solicitudes, preguntas o quejas de los clientes desde el momento en que se reciben hasta que se proporciona una respuesta o solución.

    • Fórmula: Tiempo total de respuesta / Número de solicitudes atendidas.

 

4. Tiempo del ciclo de producción: Evalúa el tiempo promedio necesario para producir una unidad de producto, desde el inicio del proceso de producción hasta su finalización. Este indicador es crucial para entender la eficiencia de las líneas de producción.

    • Fórmula: Tiempo total de producción / Número de unidades producidas.

 

5. Aprovisionamiento. Tiempo de adquisición de materiales: Mide el tiempo promedio que tarda la empresa en recibir los materiales solicitados a sus proveedores desde el momento en que se realiza el pedido hasta que los materiales son entregados y están listos para ser utilizados en la producción.

    • Fórmula: Tiempo total desde el pedido de materiales hasta su recepción / Número de pedidos realizados.